miércoles, 13 de septiembre de 2017

Embalse de Casares de Arbás

En la década de 1980 se planteo la necesidad de garantizar caudales mínimos en el río Bernesga, dado que el cauce pasaba casi seco por la ciudad de León, lo que planteaba problemas de insalubridad y deterioro de la ribera. El embalse de Casares de Arbás situado en la localidad de Villamanín, en la comarca de la Montaña Central, es el gran desconocido de los embalses que hay en la provincia de León, a pesar de ser más grande que otros más conocidos como el embalse de Villameca.

En 1981 había proyectos de dos pantanos cuyos primeros diseños se remontaban al año 1968: uno inicial que se acabó ejecutando, con 7 hectómetros cúbicos; y otro que lo recrecería hasta los 37 hectómetros actuales. Este pantano pertenece a la Confederación Hidrográfica del Duero, aunque los datos de su aforo no se consignan de manera regular, tal como puede comprobarse en la web de la entidad, a diferencia de lo que sí sucede con otros embalses como el embalse de Riaño, el embalse de los Barrios de Luna o el embalse del Porma. Se habló de la puesta en marcha de 4.500 hectáreas de regadío en la cuenca del río Bernesga y de la mejora de la red de agua potable para algunos pueblos de la provincia, como La Robla.

En 1991 se proyectó la "nueva" presa de Casares de Arbás, cuya obra fue finalizada en 2007. Se construyó una presa arco-gravedad de doble curvatura en el paramento de aguas abajo, de 52 metros de altura y 145 metros de longitud de coronación, y aliviadero de labio fijo. Con la construcción de esta enorme presa el embalse multiplicó por cinco su capacidad.



En el momento de acometer esta obra de ampliación del pantano hubo protestas de los ganaderos de localidades como Cubillas, Casares o Villadangos, debido a que con tal ampliación 300 hectáreas de pastos quedarían anegadas y el agua llegaría casi hasta las calles y viviendas de Casares.

La presa ha beneficiado a la región en dos sentidos: primero, por la existencia de una mini central hidroeléctrica de 1,4 megawatios de potencia, subvencionada por la empresa Aguas del Duero, energía que se traslada a unas torretas de Red Eléctrica situadas en lo que hoy es Reserva de la Biosfera. En segundo lugar, la refrigeración de la central térmica de La Robla, que requiere unos caudales estables del río Bernesga.



La empresa Aguas del Duero tenía proyectado ejecutar obras como un nuevo depósito de agua potable, pavimentación de calles, acometida de agua potable, arreglo de caminos, etc. También se planteó la posibilidad de potenciar la actividad turística y de recreo en la zona de embalse, para impulsar el desarrollo socio-económico de la zona: mejoras en el camping, construcción de miradores al embalse, plantación de árboles, construcción de merendero, instalación de una baliza flotante de protección en la presa, un carril bici que uniera los pueblos del núcleo Casares y Cubillas por el borde del embalse, etc. La dificultad para ejecutar estas infraestructuras hizo que al final la explotación turística se quedara pendiente.

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