viernes, 7 de abril de 2017

Limonada de Semana Santa

Una de las cosas más típicas de la Semana Santa, además de las torrijas, que también, es la limonada. En León, una tradición de Semana Santa de las más arraigadas es “matar judíos”, esto significa beber limonada de vino.

Se desconoce el origen de esta tradición, hay distintas versiones que la vinculan a las relaciones entre judíos y cristianos en la Edad Media.

A finales del siglo XII, los reyes asaltaron las juderías de León, situadas en la zona de Puente Castro, los judíos se vieron obligados a huir e instalarse en la ciudad, en el barrio de Santa Ana y plaza de San Martín. Otra de las versiones sitúa su origen a mediados del siglo XIV, en que Suero de Quiñones para no pagar una deuda que debía a un prestamista judío de la ciudad, animó a acabar con los judíos. Suero de Quiñones y otros fueron a la judería y asesinaron a muchos judíos, incluido el prestamista, y celebraron su muerte bebiendo vino. Este sería el origen de la tradición de «matar judíos» durante Semana Santa. Hay otras versiones sobre el origen de la tradición, pero se desconoce cual es la realidad.


Limonada de Semana Santa típica de León, Castilla y León, España.

Para preparar esta bebida de una forma tradicional y sencilla necesitamos los siguientes ingredientes:
  • 2 botellas de vino tinto
  • una taza grande de azúcar
  • 4 naranjas
  • 2 limones
  • 2 ramas de canela
  • 1 puñado de higos secos
  • 4 cucharadas de ciruelas pasas
  • 4 cucharadas de uvas pasas
  • 1 plátano (opcional)
  • 1 manzana (opcional)
Se lavan bien todas las frutas: las naranjas, los limones, la manzana, las ramas de canela, las uvas pasas, las ciruelas pasas y, especialmente, los higos, para que pierdan la harina. Pelamos el plátano y, junto con el resto de frutas, lo troceamos en dados. Colocamos todo en un recipiente, se cubre con el vino y se le añade el azúcar.

Esta mezcla se deja macerar durante 3 días, removiendo 3 ó 4 veces al día y se deja en lugar fresco bien tapada. Durante ese tiempo, se prueba por si hay que añadir un poco más de azúcar, en función de lo que nos guste.

Trascurrido este tiempo de maceración, se cuela la limonada y se sirve bien fría. Se puede servir con trocitos pequeños de fruta flotando en el líquido o sin ellos, en función de lo que nos guste.

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