El Castillo de León, o Torres de León tal como se denomina en la documentación de la Edad Media, es la ciudadela de la ciudad de León.
El Castillo de León forma parte del lienzo septentrional de la antigua muralla romana, todo el Castillo está rodeado por un muro. Los muros del Castillo tienen una altura de siete metros y las torres, de veinte metros. Cuenta con tres torres, una de ellas, de gran alzada, la denominada Torre del Conde, hoy se encuentra prácticamente derruida. El recinto en su conjunto tiene forma ovoidal, y dos patios de armas, uno a cada lado de la antigua muralla. En el recinto se encontraba la cisterna en la que desembocaba la traída de aguas que abastecía la ciudad, por lo que es la ubicación de la ciudadela.
En el siglo XI fue la residencia del conde Munio Fernández y su esposa Elvira. Posteriormente, fue restaurado por Berenguela de Castilla, esposa de Alfonso IX de León y madre de Fernando III de Castilla. Más tarde, fue restaurado nuevamente en la época de los Reyes Católicos y de Felipe II, y finalmente, fue abandonado en época borbónica.
En 1800 se comenzó su rehabilitación para convertirlo en cárcel, un uso que el edificio había tenido ya en épocas anteriores (durante el reinado de Ordoño II de León y el de Ramiro II).
En 1862, con la interrupción de la vida pública tras la invasión francesa, volvió a habilitarse como cárcel. Durante la Guerra Civil fue utilizada y despues abandonada en 1960.
En 1979 comenzaron las obras de rehabilitación para dedicarlo a sede del Archivo Histórico Provincial, reforma que terminó en 1982.
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